YO SOY LA VID VERDADERA
¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias
¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos.
Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.
Pero tú debes volverte a tu Dios, practicar el amor y la justicia, y confiar siempre en él.
El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad.
Isaac le dijo a Abraham: «¡Padre!»
Probablemente, quien ha crecido en el ambiente cristiano recordará esta canción: «Dios es amor, Dios es amor, la Biblia así lo dice. Dios es amor, Dios es amor, vuelve y lo repite...» Es una canción sencilla, pero con un fundamento que es muy importante no solo para los niños.
Pero tú, mantente firme y no bajes la guardia, ¡porque tus obras serán recompensadas!
And we have come to know and believe the love that God has for us. God is love. Whoever remains in love remains in God, and God in him. (1 John 4:16)
Con Jesús en tu vida puedes tener la seguridad de que no estás solo. Él está contigo siempre, porque te ama.
Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan. Bueno es esperar calladamente que el Señor venga a salvarnos.
¿Cómo entregamos a Dios nuestra ansiedad?... A través de la oración y la comunión con él. Los momentos de oración nos dan la oportunidad de estar en intimidad con Dios para hablar con él sobre lo que nos aflige. A Dios le podemos contar lo que nos provoca ansiedad y pedirle su ayuda. Cuando ponemos todo delante de él en oración y confiamos en sus promesas el Señor nos libera de ese peso.
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Alaba al Señor, alma mía, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Un amigo ama en todo momento; un hermano nace para ayudar en la adversidad.
Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”.
Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo.
Jabés fue más importante que sus hermanos. Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: «Con aflicción lo he dado a luz».
Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.
David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero cobró ánimo y puso su confianza en el SEÑOR su Dios.
Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.