Alaba al Señor, alma mía, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Salmo 103:2

Tener un corazón agradecido hacia Dios nos hace más felices. ¿Cuántas cosas ha hecho ya el Señor por nosotros? ¿Cuántas bendiciones nos ha dado? Sí, hemos pasado por momentos difíciles, pero Dios es fiel y nos ha protegido. Volvamos nuestros ojos y nuestra memoria a lo que ya ha hecho en nuestras vidas. Que nunca olvidemos sus bendiciones.

Cuando tenemos un corazón agradecido estamos más alegres e incluso nos sentimos más ligeros. La forma en que tratamos las bendiciones que recibimos influye en la manera en que conducimos nuestra vida. Es difícil que alguien que no reconoce las bendiciones del Señor tenga un corazón alegre. Dios es misericordioso y bendecido, depende de nosotros reconocer su favor.

Dios ya nos ha dado la mayor de sus bendiciones: la salvación en Cristo Jesús. Que nunca olvidemos su gran favor y que nuestras almas bendigan al Señor para siempre porque nos ama.

¡Alabad al Señor, alma mía!

Reserva un momento cada día durante tu tiempo de oración para hablar con Dios y darle las gracias.
Lee la Biblia y trata de aprender más sobre sus enseñanzas.
Para rezar:
Señor, gracias por tu presencia en mi vida: ¡cuántas bendiciones y cuántos cuidados has tenido! Mi alma se regocija al recordar lo mucho que me has bendecido. Muchas gracias, Padre. En el nombre de Jesús. Amén.