No te hagas amigo de gente violenta,
ni te juntes con los iracundos,
no sea que aprendas sus malas costumbres
y tú mismo caigas en la trampa.
(Proverbios 22:24-25)
No hay nada más peligroso que andar con personas que apagan nuestra fe y esperanza. El pesimismo es algo que puede influenciar nuestra convivencia. Para los pesimistas las cosas nunca están bien, siempre va todo mal. Pero ten cuidado: ¡no caigas en esa trampa!
Es cierto que no todos los días son soleados, hay tiempo para todo (Eclesiastés 3:1-14). Pero con Dios podemos atravesar los días malos con una perspectiva diferente.
Busca la compañía de personas que edifican tu vida y que tienen a Dios como su fuente de inspiración. Cuando estamos en un ambiente enfocado en Dios superamos las dificultades con buena disposición.
No permitas que el pesimismo te envuelva, aliméntate con palabras de esperanza. Dios siempre tiene buena dirección para nuestra vida.
¡Fortalece tu esperanza!
Para orar:
Señor Dios, aun en los días malos, tú eres mi esperanza. Líbrame de las malas influencias. Ayúdame a acompañarme de personas que quieren buscar más de ti. Amén.